Pues bien, hoy vamos a contestarla, para nuestra desgracia como profesionales y como ciudadanos: SÍ, ES LÍCITO.
Y así nos va en este país.
Las personas muy muy muy inteligentes, en alguna ocasión, ven reconocida su capacidad y terminan ocupando un cargo de responsabilidad por el cual se desviven y al que dedican incontables horas. Estas personas no desean acumular cargos, ya que el sentido común indica que no es posible entregarse por igual si éstos se multiplican. Prefieren vivir con pasión su cargo.
Por el contrario, encontramos a las personas listas y, a menudo, bien apadrinadas, que ven reconocida su lealtad con una proliferación exponencial de cargos que, éstas sí, adoran coleccionar. Resulta evidente la oligarquía que se propicia con este gusto enfermizo por la colección indiscriminada de cargos representativos. Si una sola persona acapara seis títulos, está hurtando la posibilidad a otras cinco diferentes (más aún cuando los cargos son voluntarios: nadie está obligado a ostentarlos).
¿Dónde queda la deseable pluralidad en nuestras instituciones?.
#TomaTuColegio
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